Y el tercer libro que podrán ganar en el concurso (cuyas bases subiré muy prontito)... es una novela perteneciente a Sergio Sinay. Un gran escritor argentino al cual tuve el placer de conocer hace ya más de un año en una charla que dio en mi ciudad. Sergio no escribe sólo novelas policiales, de hecho, es más conocido y reconocido por sus demás trabajos. Espero que se animen a conocerlo y a incursionar en las páginas de Ni un Dolar Partido por la Mitad
~Conociendo a Sergio Sinay~
Sergio Sinay nació en Buenos Aires en 1947. Es un reconocido especialista y consultor en vínculos humanos. Sus áreas de exploración incluyen las relaciones de pareja, la psicología del varón, los lazos entre padres e hijos y las relaciones interpersonales en sus múltiples formas y alcances. Tras una destacada trayectoria como periodista, en la que creó y dirigió importantes medios en la Argentina y en el exterior, tuvo una intensa formación y práctica en Gestalt y autoasistencia psicológica. Sus seminarios y conferencias son habituales en el país, en México, Chile, Uruguay y España, donde colabora con diversos e importantes medios e instituciones.
Fue ganador del Premio de Ensayo del diario La Nación con su trabajo El varón contemporáneo ante el fin de siglo. Entre sus obras más destacadas figuran Vivir de a dos, Misterios masculinos que las mujeres no comprenden, Las condiciones del Buen Amor, Ser padre es cosa de hombres, Hombres en la dulce espera (hacia una paternidad creativa), El amor a los 40, Guía del hombre divorciado y Gestalt para principiantes.
Como novelista ha descollado por sus novelas Ni un dólar partido por la mitad, Sombras de Broadway, Dale campeón y Es peligroso escribir de noche.
Sus obras se han traducido al inglés, francés, italiano y portugués.
Fue ganador del Premio de Ensayo del diario La Nación con su trabajo El varón contemporáneo ante el fin de siglo. Entre sus obras más destacadas figuran Vivir de a dos, Misterios masculinos que las mujeres no comprenden, Las condiciones del Buen Amor, Ser padre es cosa de hombres, Hombres en la dulce espera (hacia una paternidad creativa), El amor a los 40, Guía del hombre divorciado y Gestalt para principiantes.
Como novelista ha descollado por sus novelas Ni un dólar partido por la mitad, Sombras de Broadway, Dale campeón y Es peligroso escribir de noche.
Sus obras se han traducido al inglés, francés, italiano y portugués.
~Sergio Sinay: Utopías para el año que se inicia~
Como el autor no pudo visitarnos y obsequiarnos con sus palabras, les dejo a continuación una autobiografía y un artículo suyo que me pareció muy interesante para estas fechas
"Nací en Buenos Aires el 10 de agosto de 1947. Viví mi infancia y mi adolescencia en La Banda (Santiago del Estero). Regresé a Buenos Aires al finalizar el colegio secundario. Mis padres, Moisés (fallecido en 1999) y Miriam son farmacéuticos. Tengo un hermano, Horacio, tres años menor que yo. Estoy casado en segundas nupcias con Marilen Stengel, a quien conocí en el afortunado año 1992. Ella es licenciada en Letras, especialista en comunicación, escritora. Es una mujer bella, sensible, inteligente, con notable creatividad, humor, empatía e intuición. Tengo un hijo, Iván, nacido en 1976, fruto de mi primer matrimonio. Iván es músico, es un varón de profunda, sólida y espiritual masculinidad, que ha elegido una vida propia y la vive con responsabilidad. Amo a mi mujer, amo a mi hijo, siento un profundo cariño y agradecimiento hacia mis padres y mi hermano.
La lectura, la escritura y el fútbol fueron pasiones tempranas en mí y no me abandonaron, ni las abandoné, en toda mi vida. Soy hincha fiel y seguidor de Ríver. También jugué al básquet y al ajedrez. Estudié sociología, me formé en psicología gestáltica, en psicología transpersonal, en autoasistencia psicológica. Estudio astrología. Me sigo formando en todo lo que me apasiona y me permite entender y entenderme y lo haré mientras viva. Estoy convencido de que en esta vida somos eternos aprendices que nunca se gradúan (afortunadamente). Debo mucho a mis maestros: a Norberto Levy, a Kita Cá, a Adriana Schnacke, a Mónica Nigro, a Jorge Genzone, a Pepe Presti, a Mimy Sirocco. Y a maestros que no conocí en persona pero me enseñaron y enseñan desde sus libros, ideas y palabras: Víktor Frankl, Carl Jung, Elisabeth Lukas, Fritz Perls, Ram Dass, Sam Keen, Erich Fromm, Martin Buber, Emmanuel Kant, John Cheever, Philip Roth, Raymond Chandler, los filósofos griegos, los existencialistas.
La lectura, la escritura y el fútbol fueron pasiones tempranas en mí y no me abandonaron, ni las abandoné, en toda mi vida. Soy hincha fiel y seguidor de Ríver. También jugué al básquet y al ajedrez. Estudié sociología, me formé en psicología gestáltica, en psicología transpersonal, en autoasistencia psicológica. Estudio astrología. Me sigo formando en todo lo que me apasiona y me permite entender y entenderme y lo haré mientras viva. Estoy convencido de que en esta vida somos eternos aprendices que nunca se gradúan (afortunadamente). Debo mucho a mis maestros: a Norberto Levy, a Kita Cá, a Adriana Schnacke, a Mónica Nigro, a Jorge Genzone, a Pepe Presti, a Mimy Sirocco. Y a maestros que no conocí en persona pero me enseñaron y enseñan desde sus libros, ideas y palabras: Víktor Frankl, Carl Jung, Elisabeth Lukas, Fritz Perls, Ram Dass, Sam Keen, Erich Fromm, Martin Buber, Emmanuel Kant, John Cheever, Philip Roth, Raymond Chandler, los filósofos griegos, los existencialistas.
Cuando escribo me siento feliz. Nunca sufro al escribir. Me habitan tantos textos, que no me alcanzará una vida para parirlos. Disfruto, trasciendo, descubro el sentido de mi vida al escribir. Amo la palabra y procuro honrarla cuando la uso. Escribir es reflexionar, hacerme preguntas, compartir la exploración, compartir los descubrimientos, comunicarme llegar al otro. El otro. Porque creo (es de veras un credo) que el otro es necesario e imprescindible en nuestra vida, que en él trascendemos, que él confirma nuestra existencia y que no hay yo sin tú, me dedico a explorar los vínculos humanos, a investigar en y sobre ellos, a reflexionar y a trabajar en ese tema esencial de nuestra vida.
Porque amo la palabras me hice periodista a los 18 años, y lo seguí siendo aun cuando incursionaba en otras áreas. Escribí crítica de cine (amo el cine) y de libros, hice entrevistas, crónicas, investigaciones. Creé revistas propias (Shows, Uno por uno, Interiores, Persona), dirigí otras que no eran mías pero en las que siempre logré poner mucho de mí: Hombre, Magazine, Playboy argentina (en 1989 escribí y produje allí entrevistas que aún me enorgullecen), la revista dominical de Clarín, Expansión (en México). Fui jefe de redacción de las ediciones iberoamericanas de Selecciones del Reader´s Digest. En muchas de esas publicaciones puse semillas que se hicieron árboles en mis libros, a veces sabiéndolo, a veces no.
También me siento pleno cuando puedo hablar con otros y ante otros, cuando puedo construir un puente de palabras y cuando puedo cruzar por él hacia un público con el que me encuentro y con el cual, juntos, continuamos creando puentes y haciéndonos preguntas. Creo en la pregunta como una herramienta fundamental de la conciencia.
Me gusta viajar, conocer culturas, amo a la Naturaleza y la respeto, amo a los animales, a los perros, los gatos, los patos y las gallinas que tuve, y a los animales que habitan campos y selvas, a mis dos gatas queridas (Luna y Ronrón), tan sabias, tan sutiles, tan comunicativas.
Me enojan, y mucho, las arbitrariedades de los poderosos, las incitaciones obscenas de quienes crean falsos deseos para incitar al consumo salvaje, el materialismo desalmado, el egoísmo de quienes creen que vivir es tener y los que usan al otro como herramienta o como peldaño. Desprecio a los que invocan ideologías y consignas supuestamente progresistas para enmascarar su propia miseria moral. Y son muchos. Y los sufrimos. Con los contaminadores, con los depredadores, con los transgresores de normas y leyes (escritas o no escritas), con los corruptos, con los autoritarios tengo algo personal.
Admiro a quienes sostienen sus valores y declaraciones con acciones y actitudes, a los que perseveran detrás de un propósito, a los que reniegan del facilismo, a los que hacen del amor un verbo.
Todo esto es la punta de mi iceberg."
Todo esto es la punta de mi iceberg."
Utopías para el año que se inicia
Que las diferencias no se tomen como insultos y las similitudes no se conviertan en complicidades.
Que consumir no sea el único proyecto colectivo.
Que ser mujer no signifique ser una pieza de caza, depósito de resentimientos, receptáculo de prejuicios ni un objeto de uso.
Que ser hombre signifique amar, cuidar, nutrir, aceptar, compartir, pedir, dudar, intuir, conmoverse y no solo competir, imponer, decidir, forzar, primerear, discriminar.
Que la corrupción nos indigne.
Que el autoritarismo nos ofenda.
Que la mentira nos agravie.
Que corrupción, autoritarismo y mentira no nos encuentren callados y distraídos en el shopping.
Que haya más actitudes morales y menos militancia de ocasión.
Que la gratitud sea una sana epidemia.
Que la perversión y la hipocresía no vuelvan a ser (dentro y fuera de la pantalla) las estrellas que bailan por un sueño de horror.
Que el bolsillo y la tarjeta dejen de ser más importantes que el corazón y el cerebro.
Que haya más comunicación y menos conexión.
Que tengamos más tiempo para las personas que para los artefactos.
Que recuperemos el poder y la belleza de la palabra, que la honremos en lugar de destruirla.
Que nuestros pensamientos tengan más profundidad y riqueza que 140 caracteres.
Que los padres tengan más tiempo para sus hijos que para sus negocios.
Que la democracia no sea la imposición de mayorías oportunistas sino la articulación de las minorías que forman el conjunto social.
Que haya justicia para todos y no meros fallos funcionales al poder político o económico.
Que haya respeto, alimento, consideración y escucha para todos.
Que el Congreso vuelva a ser la cuna de leyes funcionales, necesarias y a veces sabias, y no el aguantadero de un puñado de serviles.
Que no confundamos una vida de calidad, con calidad de vida en 3, 6 o 12 cuotas.
Que al final de 2012 cada uno de nosotros haya dejado el mundo un poco mejor de como lo encontramos.
~Ni un Dólar Partido por la Mitad~
Reedición de un relato clásico que en los años 70 ubicó a Sergio Sinay entre los fundadores de la novela negra en la Argentina.
♦Editorial: Del Nuevo Extremo
♦Fecha de publicación (Argentina): 5/12/2011
En la década del 70, un ejecutivo de una empresa multinacional sale de su casa. Su auto es interceptado, lo encañonan con poderosas armas y lo secuestran. Piden un rescate por su vida, pero la compañía norteamericana decide no pagar ni un dólar partido por la mitad.
El secuestrado ignora lo que pasa afuera, donde se desmoronan los mitos que habían construido su vida: esposa, trabajo, amante y amigos. Un policía, de complicada vida personal, investiga el caso sin saber cómo empezar y por qué seguir. La historia desemboca en un sorprendente final.
El secuestrado ignora lo que pasa afuera, donde se desmoronan los mitos que habían construido su vida: esposa, trabajo, amante y amigos. Un policía, de complicada vida personal, investiga el caso sin saber cómo empezar y por qué seguir. La historia desemboca en un sorprendente final.
Lo que yo opino:
Ni un Dólar Partido por la Mitad es una novela corta y cruda. En ella podemos ver el mundo de un hombre exitoso y su vida entera, que parecía ser totalmente sólida y segura, desmoronarse completamente desde el momento en que es secuestrado por una banda de delincuentes; cuyo interés reside en cobrarle el rescate a la compañía en la que trabaja. Nos encontramos con multitud de personajes asombrosamente bien perfilados pese a tratarse de una novela tan breve. Sergio nos hace reflexionar sobre el sentido de la vida misma. Es un policial que disfruté mucho, y que estoy segura de que los amantes del género también lo harán."
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¿Te gustaría ganar un ejemplar de Ni un Dólar Partido por la Mitad? Estate atento(a) al blog, que pronto te contaremos cómo participar del concurso triple...
¿Querés empezar desde ahora a sumar puntos? Leé el artículo de arriba sobre el autor y contestá la siguiente pregunta en un comentario:
En su autobiografía, Sergio menciona que está convencido de que "Somos eternos ____ que nunca se gradúan" ¿Cuál es la palabra que falta para completar la frase?
(+5 puntos extras por contestar correctamente. Concurso válido sólo para el territorio argentino)
Espero que hayan disfrutado con las palabras de este gran hombre, ¿ustedes qué opinan?
Y no olviden pasar por aquí mañana para anotarse en el concurso :)
Aprendices!!!!! Eso no se me pasó para nada, porque opino igual. Es más, cuando hablo con mis hijos, suelo decirles en broma "pequeño saltamontes", porque me parece que es muy importante la actitud que tenemos frente al conocimiento o desconocimiento ajeno. Todos somos aprendices, en diferentes etapas del aprendizaje, todos somos peregrinos en diferentes etapas del camino. Me encantó =)
ResponderEliminarMuy buen post Annie, te felicito por estas semanas navideñas... hacer esto es un laburaso tremendo :D La paralbra que falta es aprendices.
ResponderEliminarBesi, y que pases un año nuevo lindo
Jaz
Aprendices y lleva toda la razon. Siempre hay algo nuevo que aprender o mil cosas que perfeccionar sobre lo aprendido, la perfeccion para mi no existe, es una utopia, por tanto si queremos llegar a ser "lo mas perfectos posibles" aun sabiendo que va a ser imposible, hay que trabajar y trabajar, es decir, ser eternos aprendices.
ResponderEliminarLa respuesta es apendices, y estoy completamente de acuerdo con el autor. Muy buena esta entrada y sobre todo me gustaron las Utopías para el año que se inicia, inspiradoras
ResponderEliminar"somos eternos aprendices que nunca se gradúan"
ResponderEliminarQue verdad, siempre aprendemos algo nuevo.
Besos^^
Aprendices, y tiene mucha razón, siempre en la vida hay que aprender algo nuevo, esa es lo que nos hace ser humanos racionales. un besito desde plegarias en la noche.
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