jueves, 19 de mayo de 2016

Serie: Glee

¡Buenas! ¿cómo andan? 
Yo estoy festejando mis 27 años =) Me siento vieja, jajaja. Mientras respondía saludos en facebook vi una publicación que comentaba que hace 7 años se estrenaba el primer capítulo de la serie Glee, una serie que amé demasiado.
Así que pensé que sería una buena idea dejarles la reseña que Matías hizo para la edición de julio del 2015 en Huellas de Tinta.

¡Espero que la disfruten!
Male.







Nombre: Glee
Creador: Ryan Murphy, Brad Falchuk y Ian Brennan
Género: Comedia drámatica
Temporadas: 6
Capítulos: 121








“With every broken bone, I swear I lived.” [1]

Glee;  19 de mayo del  2009 – 20 de marzo del 2015

Creo que una parte de mí siempre supo que iba a llegar el día en el que iba a tener que escribir esta reseña. Pero eso no le quita peso al asunto. Por el  contrario, a veces hace la tarea aún más complicada, al punto de intentar evitarla la mayor cantidad de tiempo posible. Al momento de redactar esto, 20 de julio del año 2015, se cumplen exactamente cuatro meses desde el episodio que dio por terminado el ciclo Glee.
Los lineamientos sobre los cuales se estableció el show fueron muy básicos, y estoy seguro que la mayoría de ustedes ya los conoce de memoria. Glee se centra en un grupo de estudiantes, todos ellos con personalidades y características físicas muy marcadas – en ciertos casos hasta estereotípicas – que deciden, por diversas razones, unirse al coro (Glee club) de la secundaria. Y a pesar de ciertos lugares comunes en los que fue cayendo con el pasar de los episodios, el punto fuerte de la serie fue que uno siempre encontraba ese personaje con el que sentirse identificado, con el que sentir una afinidad especial. Y a medida que uno aprendía a quererlos, en cierta manera ellos mismos aprendían a aceptarse como eran, y  a cambiar sus relaciones con el mundo que los rodeaba.
Sin embargo, las premisas irían mucho más allá, ya que desde el momento en que Ryan Murphy, creador de la serie,  comenzó a maquetar en su cabeza los personajes y situaciones que se intercalarían en pantalla, supo que la serie iba a transgredir los límites de muchas de las cosas que podían verse en televisión por cable en ese momento. Glee no sólo iba a tratar de los cambios en la secundaria. Iba a intentar radicalizar los tópicos de la televisión del momento.
Glee se metió descaradamente con temáticas que muchos hubieran considerado tabú. Para empezar, una serie musical no era algo que pudiera verse a diario, y ya desde el inicio parecía algo condenado al fracaso. Si a eso le sumamos factores como pueden ser la homosexualidad, la inclusión de minorías, el arte como forma de expresión en las secundarias públicas y  las reiteradas críticas a la religión, nadie hubiera pensado por un instante encontrarse frente a una fórmula ganadora. No, al menos, en un mundo donde abundan la televisión reality y los programas vacíos de contenido, sin mensaje alguno para los espectadores. Pero a pesar de todo, superó con creces las críticas de todos aquellos que pudieron haberse sentido ofendidos.
Claro que no todo fue una fiesta para la serie ni para sus seguidores, ya que a partir de la tercera temporada se vio caracterizada por una serie de altibajos argumentales, situaciones inverosímiles que parecieran determinantes para luego resolverse de un episodio a otro y hasta ciertas sobreactuaciones que se volvieron habituales en algunos personajes. Todo esto, sumado a la existencia cada vez más frecuente de los tan conocidos episodios de relleno.
Y como si el déficit de calidad no fuera suficiente, Glee se sometió en 2013 a un revés impensado del cual pocos podrían haber salido airosos: la pérdida de uno de sus actores principales. El personaje de Cory Monteith era modelo a seguir de muchos, y su ausencia se sintió tanto fuera como dentro de la pantalla, obligando a guionistas y fanáticos a enfrentarse a un panorama cada vez más oscuro en cuanto a trama y continuidad.
Los creadores se vieron frente a la necesidad imperante de retornar a sus orígenes. No dudo en decir que, sobre todo la última temporada, retomó todos aquellos detalles que tanto gustaron en las primeras dos, y lo hizo con notable agilidad. El regreso a la secundaria después de un par de – innecesarios- años yendo y viniendo a Nueva York, dotó a la serie de la frescura requerida para darle un cierre que, a mi parecer, no podría haber sido de otra manera.
En cuanto a sus números musicales, las opiniones se encuentran completamente divididas. Es cierto que, al igual que los argumentos, la solidez y calidad de las performances no fueron del todo equilibradas. Glee nos dejó números que se recordarán durante muchísimo tiempo, y otros que han sido rápidamente olvidados. Pero es innegable que traspasó géneros y épocas, rindiendo tributo a cuanta canción o banda encontró a su paso.
Glee pudo haber sido muchas cosas, y las opiniones no hacen más que multiplicarse conforme más personas entran en su mundo. Pero creo que es innegable que llegó en un momento en el que el cambio era necesario. No  sólo un cambio en la televisión, si no también un cambio en la mentalidad del público que la consume.
Glee nos enseñó que ser diferente está bien, y que nunca hay que tener miedo de ser nosotros. Que a veces uno puede sentirse sólo en el mundo, pero que siempre vamos a tener alguien al lado dispuesto a escucharnos. Que la música y el arte en general es una forma de expresar todas aquellas cosas que a veces nos cuesta decirle al otro, o incluso a uno mismo.
Empecé esta reseña con una frase de la última canción cantada por el elenco. Creo que no sólo representa de manera ideal el fin de una etapa, sino también el espíritu general de la serie. “Y con cada hueso roto, juro que viví" sería una traducción aceptable. Glee tuvo sus huesos rotos. Muchos. Pero siempre encontró la manera de mantenerse en pie. Y algunos realmente vamos a extrañarla.



[1] Fragmento de “I lived”, originalmente compuesta por el grupo One Republic y seleccionada para ser la última canción interpretada en la serie.



2 comentarios :

  1. Hola! Adoro esta serie, me encanta!

    Un saludo!

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  2. Hola! Más allá del post en cuestión quería dejar mis saludos y felicitaciones por tan interesante blog. Besos!

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