Editorial: VRYA (VR Editoras)
Paginas: 289
Luisa viaja a una pequeña isla del canal de la Mancha donde el tiempo se detuvo hace siglos. Allí trabajará en un exquisito hotel regentado por un hombre misterioso que lo dirige con mano firme y estrictas reglas. Desobedecerlas tiene castigo. Sin embargo, Luisa no puede controlar su curiosidad y se verá en vuelta en situaciones límite y juegos oscuros ideados por el jefe. Su osadía será castigada, pero resolver el misterio que envuelve al amo tendrá recompensa. Él, exigente y distante, y ella, curiosa y de espíritu intrépido, chocan estrepitosamente. O de forma espectacular, depende de cómo se mire.
Secretos, aventuras y enfrentamientos dan paso a un tórrido romance que bebe directamente de las grandes novelas románticas de siglo XIX.
Luisa es una joven de 17 años que, para ayudar económicamente
a su padre, decide aceptar un puesto en el hotel Silence Hill, ubicado en la intemporal isla
de Sark. Pero por supuesto que las cosas no serán fáciles para nuestra
protagonista: a pesar de sus buenas intenciones, su naturaleza curiosa y
aventurera – aunque en muchos sentidos también bastante inocente – la llevarán
a confrontar las estrictas reglas que rigen el lugar.
Dicen que una isla es el lugar ideal para perderse. Yo tuve que llegar al
inhóspito Sark, un islote de quinientas almas en el canal de la Mancha, para
encontrarme a mí misma.
En el camino conocerá a una multitud de personajes
variopintos que brillan bajo la pluma de Sanz, creadora de detalles
microscópicos que ensalzan sus personalidades exquisitas. Entre tantos otros
encontraremos a los dos intereses amorosos de Luisa: Jim, un bohemio que
trabaja como cochero para el hotel, y el mismísimo Patrick Groen, dueño del
establecimiento, y cuyo rostro se encuentra oculta tras una máscara luego de
sufrir un accidente.
Pero la historia va mucho más allá de este triángulo amoroso.
Si bien son varias las escenas románticas – y debo mencionar la presencia de
escenas bastante eróticas pero a la vez muy cuidadas y bien descritas, cosa un
tanto extraña en la literatura juvenil actual – el verdadero conflicto se da en
torno a un cierto misterio ya un misticismo que camufla a los personajes,
quienes muchas veces no son lo que parecen ser.
Aunque parezca contradictorio, no hay nada más egoísta, íntimo y
solitario que enamorarse perdidamente.
Si vamos a ser sinceros, en un principio me costó mucho
inmiscuirme en el mundo de Sark. Sencillamente consideraba que no era mi tipo
de aventura: creo que esperaba algo meloso que girara en torno a una muchacha
afligida por no saber lo que quiere y por los malos tratos que sufre de parte
de sus superioras. Pero me sorprendí gratamente al encontrar una protagonista
muy joven que, si bien como dije a veces es muy inocente, tiene una voz muy
bien armada y no sólo no vive quejándose de sus infortunios sino que los acepta
y los enfrenta del modo que debe hacerlo. Lo romántico, en este caso, funciona
de maravilla, pero el verdadero eje de la cuestión es el encontrarse a uno
mismo y el saber observar cómo es el resto realmente.
A todo esto se le suma el contexto de la isla: abierta en
todos sus horizontes, pero cerrada por el peso de sus costumbres feudales y el
aislamiento del mundo moderno, funciona a modo de detonante para el sentir de
los personajes. Les genera – y a nosotros también – una sensación de
claustrofobia al saber que la salida es tan cercana pero tan lejana al mismo
tiempo. Claro que esto no sería posible sin el peso descriptivo que tiene la
narrativa de Esther: es una descripción segura, concisa, adjetivada de manera
perfecta, que permite que la prosa fluya y que el lector pase las páginas sin
tropiezos, ávido por saber qué sucederá a continuación.
Aparte de lo dicho, creo que otro de los aspectos que más me
atrapó fue el complejo entramado intertextual que Sanz realiza a cada página. A
partir de los guiños más obvios – al Fantasma de la Opera, de Gastón
Leroux - pasando por cuentos de hadas
como “La bella y la bestia” y perpetuando ambientes signos de las hermanas
Bronte, queda en evidencia la multiplicidad de lecturas que la autora logró
poner en discusión en su historia, un trabajo que todos aquellos que nos
regocijamos también con los clásicos sabremos valorar.
Y, como si fuera poco, y sin ningún spoiler de por medio,
tengo que mencionar el final. Un final que para mí fue inesperado y muy bien
logrado, al que el fluir de la trama me llevó casi sin sospechas – hubo un
pequeño momento en el que tengo que admitir que lo dudé – pero que logró
tomarme por sorpresa y cerrar con un broche de oro una historia que disfruté
muchísimo, y de la cual todavía queda muchísimo por descubrir.
Sin nada más que agregar, quería recordarles que la segunda
parte de esta saga, “Si el amor es un canto de sirena”, será publicado por
V&R en el próximo mes de abril, y que tendremos la suerte de contar con la
visita de la autora para la próxima Feria del Libro de Buenos Aires.
Hola! No conocía el libro pero no me llama mucho la atención así que no creo que lo lea. Muchas gracias por la reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
Hola!!! Leí el libro hace unas semanas y lo AMé!!!! Me costó entrar en ese mundo también :) Y el finaaaaaaaaaaal!! Jamás me lo imaginé. Me encantó. Y los protagonistas me encantaron. Mas JIM jaaaaaaaj♥ Gracias por la reseña!!!! Saludos a los dos (:
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