¡Buenas! ¿cómo andan?
Yo estoy festejando mis 27 años =) Me siento vieja, jajaja. Mientras respondía saludos en facebook vi una publicación que comentaba que hace 7 años se estrenaba el primer capítulo de la serie Glee, una serie que amé demasiado.
Así que pensé que sería una buena idea dejarles la reseña que Matías hizo para la edición de julio del 2015 en Huellas de Tinta.
¡Espero que la disfruten!
Male.
Nombre: Glee
Creador: Ryan Murphy, Brad Falchuk y Ian Brennan
Género: Comedia drámatica
Temporadas: 6
Capítulos: 121
“With every broken
bone, I swear I lived.” [1]
Glee; 19 de mayo del 2009 – 20 de marzo del 2015
Creo que una
parte de mí siempre supo que iba a llegar el día en el que iba a tener que
escribir esta reseña. Pero eso no le quita peso al asunto. Por el contrario, a veces hace la tarea aún más
complicada, al punto de intentar evitarla la mayor cantidad de tiempo posible.
Al momento de redactar esto, 20 de julio del año 2015, se cumplen exactamente
cuatro meses desde el episodio que dio por terminado el ciclo Glee.
Los
lineamientos sobre los cuales se estableció el show fueron muy básicos, y estoy
seguro que la mayoría de ustedes ya los conoce de memoria. Glee se centra en un
grupo de estudiantes, todos ellos con personalidades y características físicas
muy marcadas – en ciertos casos hasta estereotípicas – que deciden, por
diversas razones, unirse al coro (Glee
club) de la secundaria. Y a pesar de ciertos lugares comunes en los que fue
cayendo con el pasar de los episodios, el punto fuerte de la serie fue que uno
siempre encontraba ese personaje con el que sentirse identificado, con el que
sentir una afinidad especial. Y a medida que uno aprendía a quererlos, en
cierta manera ellos mismos aprendían a aceptarse como eran, y a cambiar sus relaciones con el mundo que los
rodeaba.
Sin embargo,
las premisas irían mucho más allá, ya que desde el momento en que Ryan Murphy,
creador de la serie, comenzó a maquetar
en su cabeza los personajes y situaciones que se intercalarían en pantalla,
supo que la serie iba a transgredir los límites de muchas de las cosas que
podían verse en televisión por cable en ese momento. Glee no sólo iba a tratar
de los cambios en la secundaria. Iba a intentar radicalizar los tópicos de la
televisión del momento.
Glee se
metió descaradamente con temáticas que muchos hubieran considerado tabú. Para
empezar, una serie musical no era algo que pudiera verse a diario, y ya desde
el inicio parecía algo condenado al fracaso. Si a eso le sumamos factores como
pueden ser la homosexualidad, la inclusión de minorías, el arte como forma de
expresión en las secundarias públicas y
las reiteradas críticas a la religión, nadie hubiera pensado por un
instante encontrarse frente a una fórmula ganadora. No, al menos, en un mundo
donde abundan la televisión reality y
los programas vacíos de contenido, sin mensaje alguno para los espectadores.
Pero a pesar de todo, superó con creces las críticas de todos aquellos que
pudieron haberse sentido ofendidos.
Claro que no
todo fue una fiesta para la serie ni para sus seguidores, ya que a partir de la
tercera temporada se vio caracterizada por una serie de altibajos argumentales,
situaciones inverosímiles que parecieran determinantes para luego resolverse de
un episodio a otro y hasta ciertas sobreactuaciones que se volvieron habituales
en algunos personajes. Todo esto, sumado a la existencia cada vez más frecuente
de los tan conocidos episodios de relleno.
Y como si el
déficit de calidad no fuera suficiente, Glee se sometió en 2013 a un revés impensado
del cual pocos podrían haber salido airosos: la pérdida de uno de sus actores
principales. El personaje de Cory Monteith era modelo a seguir de muchos, y su
ausencia se sintió tanto fuera como dentro de la pantalla, obligando a
guionistas y fanáticos a enfrentarse a un panorama cada vez más oscuro en
cuanto a trama y continuidad.
Los
creadores se vieron frente a la necesidad imperante de retornar a sus orígenes.
No dudo en decir que, sobre todo la última temporada, retomó todos aquellos
detalles que tanto gustaron en las primeras dos, y lo hizo con notable
agilidad. El regreso a la secundaria después de un par de – innecesarios- años
yendo y viniendo a Nueva York, dotó a la serie de la frescura requerida para
darle un cierre que, a mi parecer, no podría haber sido de otra manera.
En cuanto a
sus números musicales, las opiniones se encuentran completamente divididas. Es
cierto que, al igual que los argumentos, la solidez y calidad de las
performances no fueron del todo equilibradas. Glee nos dejó números que se
recordarán durante muchísimo tiempo, y otros que han sido rápidamente
olvidados. Pero es innegable que traspasó géneros y épocas, rindiendo tributo a
cuanta canción o banda encontró a su paso.
Glee pudo
haber sido muchas cosas, y las opiniones no hacen más que multiplicarse
conforme más personas entran en su mundo. Pero creo que es innegable que llegó
en un momento en el que el cambio era necesario. No sólo un cambio en la televisión, si no
también un cambio en la mentalidad del público que la consume.
Glee nos
enseñó que ser diferente está bien, y que nunca hay que tener miedo de ser
nosotros. Que a veces uno puede sentirse sólo en el mundo, pero que siempre
vamos a tener alguien al lado dispuesto a escucharnos. Que la música y el arte
en general es una forma de expresar todas aquellas cosas que a veces nos cuesta
decirle al otro, o incluso a uno mismo.
Empecé esta
reseña con una frase de la última canción cantada por el elenco. Creo que no
sólo representa de manera ideal el fin de una etapa, sino también el espíritu
general de la serie. “Y con cada hueso roto, juro que viví" sería una
traducción aceptable. Glee tuvo sus huesos rotos. Muchos. Pero siempre encontró
la manera de mantenerse en pie. Y algunos realmente vamos a extrañarla.
[1]
Fragmento de “I lived”, originalmente compuesta por el grupo One Republic y seleccionada
para ser la última canción interpretada en la serie.
Hola! Adoro esta serie, me encanta!
ResponderEliminarUn saludo!
Hola! Más allá del post en cuestión quería dejar mis saludos y felicitaciones por tan interesante blog. Besos!
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