Reseña: Rojo como la sangre

Autor: Salla Simukka

Editorial: Del Nuevo Extremo

Paginas: 312

Lumikki Andersson tiene 17 años, va a una escuela de arte y no le gusta meterse en asuntos ajenos. Pero un día encuentra en el instituto 500 euros de procedencia dudosa. Esto la hará verse envuelta, sin desearlo, en mitad de una operación de bandas rusas y estonias de tráfico de drogas. Comienza un juego de persecuciones y huídas que acabará llevándola a la mansión del legendario criminal conocido como Oso Polar. Todo, mientras la ciudad sufre el invierno más frío en décadas. Y nada brilla tan rojo contra la blanca nieve como la sangre...

Gracias Del Nuevo Extremo por el ejemplar.

Érase una vez, una chica que aprendió a tener miedo

“Rojo como la sangre” es el primer libro de una trilogía juvenil escrita por la finlandesa Salla Simukka, una escritora de gran renombre en su país que ha entrado con éxito al mercado internacional. El título de la obra hace referencia a Blancanieves (sus labios eran rojos como la sangre, dice el cuento tradicional). Al mismo tiempo, las otras dos novelas de la saga, próximas a publicarse en español, “Blanca como la nieve” y “Negro como el ébano”, son también un guiño al cuento de hadas.

¿Qué harías si, con sólo 17 años, te vieras involucrado en una red que incluye unos cuántos miles de euros y una mafia dedicada al tráfico de droga, liderada por alguien conocido como Oso Polar?

Esa es la pregunta a la que se enfrente Lumikki, una chica finlandesa que vive sola en la tranquila – y no tanto – ciudad de Tampere, donde asiste a un exclusivo colegio especializado en artes. Allí lleva una vida común, aunque algo solitaria, ya que tiende a mantenerse alejada del resto de sus compañeros, reduciendo el nivel de interacción con ellos al mínimo. Pero su mundo se dará vuelta cuando, en el cuarto oscuro del colegio, encuentre una gran cantidad de billetes de quinientos euros puestos a secar, recientemente lavados, junto a un balde lleno de lo que parece ser agua ensangrentada.

La premisa del primer libro de esta trilogía es, entonces, bastante simple, pero funciona a varios niveles. En un primer lugar, porque es una temática que rara vez se ha tocado en la literatura juvenil. En este momento no se me viene a la cabeza otro título que tenga como componente el submundo criminal de los cárteles de drogas. Si bien el entramado de la organización a la que se enfrentará Lumikki no es complejo – ya que únicamente se ve de manera local – podremos comprender que encarna todo un desafío para una adolescente de 17 años. Aquí encontramos un punto a favor en la historia, ya que no se enreda queriendo convertir a la protagonista en una heroína superpoderosa que acaba con una red internacional, si no que le impone un desafío de proporciones más acotadas.

En segundo lugar, la trama encaja de manera perfecta con la manera de escribir de la autora. Es un libro muy ameno, que se puede leer de manera rápida y con muy pocas – no me atrevería a decir nulas – partes en las que la prosa se hace excesivamente pesada. Incluso las descripciones, que en ciertos puntos llegan a ser bastante extensas, se encuentran muy bien estructuradas y no interrumpen la lectura ni el desarrollo de acciones.

El libro se caracteriza por una escritura en la que los diálogos no forman parte de la estructura central. Los mismos no se encuentran del todo desarrollados y son bastante breves. Claro que la falta de interlocución se debe a la personalidad reservada de Lumikki, la cual comienza a ayudar a ciertos compañeros de su colegio, involucrados en esta red de droga, más por obligación moral que por elección propia. Sin embargo, la ausencia del intercambio de palabras permite que conozcamos a la protagonista mucho más a fondo, sabiendo a todo momento lo que siente o piensa, e introduciendo flashbacks y misterios de la infancia que nos irán facilitando el conocerla en profundidad.

Sin embargo, esta práctica – poca interacción entre personajes – hace que, en comparación a Lumikki, el resto de los personajes queden desbancados a un segundo plano, caracterizados de una forma bastante plana. Salvo de Elisa, que toma un poco más de protagonismo, no llegamos a saber casi nada del resto. En ocasiones se los trata, incluso, como decorado, haciéndolos permanecer cerca de Lumikki pero sin intervención alguna. Sus voces quedan opacadas, puedo llegar a pensar, en un intento de potenciar la personalidad de la protagonista.

Quiero dedicar un párrafo al trabajo de traducción del libro. Realmente no sé si fue traducido del finlandés al español, o si pasó por el inglés primero, pero de todas maneras me agradó mucho el resultado final.  “Rojo como la sangre” es una obra muy geográfica, repleta de guiños a las culturas nórdicas, y particularmente amé la manera en la que, en varios momentos de la narración, se incluyen párrafos completos de poemas o canciones en su idioma original. Un gran acierto de los traductores el no pasarlos al español sobre el cuerpo de la narración, e incluir las traducciones a modos de llamada en lo pies de página. De esta manera se puede apreciar fácilmente el idioma original.

Hacia el final del libro, sin embargo, me vi un poco decepcionado. La historia realmente se va poniendo más y más interesante, hasta explotar con la revelación del Oso Polar, la cual fue, para mí, un giro argumental fantástico, pero lamentablemente poco desarrollado. Y es que, quince páginas después, el libro termina, con un epílogo situado cuatro meses en el futuro. Creo que llegado ese punto, la historia daba para muchísimo más. Y si bien quedan misterios por resolver en las futuras entregas, todos ellos refieren al pasado de Lumikki, y no a su presente. La historia de la mafia liderada por tan enigmático personaje parece quedar saldada.

Tengo entendido que los otros dos libros de la saga son independientes en cuanto a la trama que los concierne, pero espero equivocarme, porque realmente me quedé con ganas de seguir leyendo acerca de este submundo al que se enfrentó nuestra protagonista. Sin embargo, Lumikki es un personaje que promete, y estoy seguro que sus próximas aventuras serán aún mejores.

Pd: Que alguien de la editorial se comunique con Salla y le exija un spin-off del Oso Polar, por favor.-

Matías Pardini.

~Sobre el autor~

Salla Simukka (1981) es un nombre muy establecido en la literatura juvenil finlandesa. Su salto a la fama internacional se ha dado con la trilogía "Me llamo Lumikki", de la que Rojo como la sangre es la primera parte, con publicación en 50 países de todos los continentes. Como indicó el jurado del premio Topelius cuando lo ganó, "sus obras contienen mensajes importantes, tanto sobre los individuos como sobre la sociedad (las presiones del poder, la libertad de elección)".

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