Autor: Chuck Palahniuk
Ilustrador: Cameron Stewart
Portadista: David Mack
Colorista: Dave Stewart
Páginas: 278
Diez años después del nacimiento del proyecto Estragos, Sebástian
(así se llama el narrador de la historia) lleva una vida mundana. Tiene un
trabajo insignificante en una empresa contratista militar llamada “Levantarse o
morir”, se ha casado con Marla y tienen un hijo. Gracias a la medicación se ha
mantenido a raya durante todo este tiempo, pero no por mucho más. Tyler Durden
va a regresar más rebelde y anárquico que nunca.
Cuando mi novia me comento sobre la posibilidad de conseguir
esta novela gráfica, dije que si de inmediato, recordando lo mucho que había disfrutado
la película, recordando su acción, drama y crudeza, además de ver múltiples
cuestiones sociales, culturales, psicológicas y hasta existencialistas puestas
en juego en un poco más de dos horas de vídeo. Y con esto debo aclarar que solo
vi la película y que, luego de leer este comic, me siento culpable de haberlo
hecho.
Es
difícil contar de qué va esa novela gráfica sin que se me escape más de un
spoiler, pero bueno, lo intentaré. Pero antes, recordemos un poco la historia
de la película, que quizá haya pasado mucho tiempo desde la última vez que la
vieron.
El club de la Pelea, estrenada en 1999, dirigida por David Fincher, nos cuenta la historia de un hombre sin nombre el cual vive una vida “normal” como calculador de riesgos para una gran empresa automotriz y consumidor artículos para el hogar. Esta vida tan simple y aburrida es atentada por el insomnio y episodios de sonambulismo, que lo lleva a probar de todo para poder dormir, hasta que se encuentra con el grupo de ayuda para hombres con cáncer de próstata. Al ver gente en peor situación que él y que se preocupa, incluso sin saber nada sobre él, siente un cierto confort en su vida que le permite quebrase un poco y recuperar el sueño. Inventa identidades para cada grupo que va.
Todo va sobre ruedas hasta que una figura oscura, literalmente, irrumpe en sus grupos. Marla Singer, una fumadora empedernida la cual es solo la fachada de su tendencia autodestructiva, refleja en el protagonista su propia mentira y no le permite sentir esa liberación que los grupos le daban. El insomnio y la ira atacan con fuerza. Pero cuando decide enfrentarla, se da cuenta que ambos tienen más en común de lo él que cree y termina negociando por los grupos a los que irá cada uno e intercambiando números.
Restaurado el balance, le es asignado un trabajo de inspección en otra ciudad. A la vuelta, nuestro protagonista conoce a un peculiar hombre, un vendedor de jabón llamado Tyler Durden, con el cual entabla una corta pero interesante conversación. Le deja su tarjeta y se cambia de asiento. Al llegar a destino, nuestro protagonista descubre que han retenido su valija porque “vibraba”. Resignado, decide ir a su departamento, solo para encontrar todas sus inútiles decoraciones en el piso de la entrada del edificio, parcialmente quemadas por una explosión que destruyó todo. Desposeído y sin lugar donde quedarse, se dirige a un teléfono público y hace una llamada que marcará el inicio de “un momento muy extraño en su vida”.
El club de la Pelea, estrenada en 1999, dirigida por David Fincher, nos cuenta la historia de un hombre sin nombre el cual vive una vida “normal” como calculador de riesgos para una gran empresa automotriz y consumidor artículos para el hogar. Esta vida tan simple y aburrida es atentada por el insomnio y episodios de sonambulismo, que lo lleva a probar de todo para poder dormir, hasta que se encuentra con el grupo de ayuda para hombres con cáncer de próstata. Al ver gente en peor situación que él y que se preocupa, incluso sin saber nada sobre él, siente un cierto confort en su vida que le permite quebrase un poco y recuperar el sueño. Inventa identidades para cada grupo que va.
Todo va sobre ruedas hasta que una figura oscura, literalmente, irrumpe en sus grupos. Marla Singer, una fumadora empedernida la cual es solo la fachada de su tendencia autodestructiva, refleja en el protagonista su propia mentira y no le permite sentir esa liberación que los grupos le daban. El insomnio y la ira atacan con fuerza. Pero cuando decide enfrentarla, se da cuenta que ambos tienen más en común de lo él que cree y termina negociando por los grupos a los que irá cada uno e intercambiando números.
Restaurado el balance, le es asignado un trabajo de inspección en otra ciudad. A la vuelta, nuestro protagonista conoce a un peculiar hombre, un vendedor de jabón llamado Tyler Durden, con el cual entabla una corta pero interesante conversación. Le deja su tarjeta y se cambia de asiento. Al llegar a destino, nuestro protagonista descubre que han retenido su valija porque “vibraba”. Resignado, decide ir a su departamento, solo para encontrar todas sus inútiles decoraciones en el piso de la entrada del edificio, parcialmente quemadas por una explosión que destruyó todo. Desposeído y sin lugar donde quedarse, se dirige a un teléfono público y hace una llamada que marcará el inicio de “un momento muy extraño en su vida”.
Para
los que hayan visto la película, ya saben cómo continua esto y quizá deben
pensar que di demasiado detalle. Pero, para los que no, los dejo en este punto crucial de la historia para que vayan a verla. Ahora, pasemos a la novela gráfica.
pensar que di demasiado detalle. Pero, para los que no, los dejo en este punto crucial de la historia para que vayan a verla. Ahora, pasemos a la novela gráfica.
Sebástian, como se hace llamar
nuestro protagonista, se casó con Marla y tienen un hijo, Junior. Ha vuelto a
la vida de oficina en una empresa contratista militar. Ha vuelto a construir
esa vida monótona que había desaparecido con su departamento hace años. Luego
de un día aburrido en la oficina, compra un ramo de rosas para su esposa, es su
aniversario, y se encuentra con indicios de esa vida que pensó que era tan
distante. Llega a su casa para encontrarse con la niñera. Marla no estaba.Marla está agobiada por su vida
de casada, como lo cuenta en un grupo de apoyo a niños con envejecimiento
prematuro, y por su cabeza cruzan flashbacks de Tyler y de su relación, mejor
dicho relaciones, con él. Sebástian llega para escuchar solo una parte de la
historia, dejando el ramo y hartándose de partillas. Vuelve a casa para
encontrar a su mujer con el ramo y un puñado de pastillas. Mientras tanto,
Junior, su hijo, juega con su equipo de química, experimentando con ciertos
compuestos caseros un poco volátiles.Sebástian, poco a poco va
llegando al límite. Cansado de las pastillas y luego de una pelea con el vecino
y una cena silenciosa, sospecha que su mujer lo engaña. Pide cita con el
psicólogo, el cual decide hipnotizarlo y, al caer en sueño profundo, Tyler sale
a la luz. Y toma el control del mundo en un instante.Ambas obras son tan distintas
como excelente y aun así no pueden separarse. Ver la película y tener a tu
disposición esta novela, con solo ojear dos páginas, vas a terminar leyéndola
en unas horas, como mucho, sin parar. Y quiero explicar el porqué, por lo menos
a mí, me genera esto. La novela inicia de manera similar a
la película, esa descripción de una vida aburrida interrumpida por algo
negativo. Algo que deja al protagonista, como siempre, sin poder dormir. Y
cuando uno padece de insomnio, nada parece real. Todo parece una copia de una
copia. Pero, aquí el protagonismo está
dividido entre Sebástian y Marla. Ella, que pasa de ser una sabelotodo a una
ilusa despistada (en ambas obras), juega un papel crucial. En un principio, por
ser el click que necesitaba Sebástian para que Tyler entre en su vida. Y ahora,
es la madre de Junior, por el cual haría cualquier cosa. Ambos son un equipo ahora y trabajan juntos para detener a Tyler que, irónicamente, es lo que los unió, y
mantiene unidos hasta este momento, para bien o para mal. Esta
trágica triada de personajes son los representantes de distintas formas de vida de la sociedad actual. Sebástian son todas esas personas que están adormecidos por su trabajo . Buscan mantener el status quo a toda costa, hasta que algo tira del gatillo y explotan de distintas maneras. Marla, en cambio, antes era el avatar de la depresión, de una juventud que, por no encontrar una razón por la que vivir, eligieron en camino de la autodestrucción mientras buscan alguna distracción en el camino. Ahora, es esa mujer que disfraza su infelicidad de vida de casada con una aventura… Una muy peculiar, en este caso. Finalmente, Tyler es el representante de toda la contracultura. O, mejor dicho, la anticultura. Cree que la vida de hoy en día, principalmente la de gente como Sebástian, es un error que debe ser corregido por medio de un cambio espiritual y mucho jabón casero. Pero, más allá de eso, Tyler es una
idea. Una idea latente en todos los humanos. La de volver
a un estado más elemental, donde la supervivencia esté determinada por las
capacidades de uno. Una vida sencilla, básica, sin comodidades, ni privilegios.
Y la única forma de conseguirlo es destruyendo todo. Partiendo de cero.Fuera de todo lo ideal, esta obra
me resulta excelente. El único spoiler que voy a dejar ir es que esto es una
parodia. Una parodia a todos los que conocemos el Club de la Pelea solo por la
película y por los que hicieron un culto de esta. Pero, aparte de esto, el guion es impecable.
Lo diálogos, la narrativa y las referencia a la película/libro y a otras obras
es excelente. El estilo de los
dibujos, por más que sea criticado de sencillo o
simplista, para mí, es la elección correcta para esta obra. Elimina un poco esa
dosis de realismo que tiene y, cuando es necesario, el detalle realista, en
ciertas partes, aumenta el interés. Además, las páginas están mechadas con
distintas imágenes de objetos reales como pastillas, pétalos y manchas de
sangre que intervienen en partes de la tira, como cortes en un rollo de
película. El Club de la Pelea es un
monstruo difícil de tratar ya que nos revela, no solo personajes reales y
crudos, si no ideas. Ideas que son más fuertes que cualquier mente humana y que
cualquier fuerza natural, porque pueden llegar a manejarlas. Ideas que son tan
poderosas que llegan a tener nombre propio. En especial, uno como Tyler Durden.
trágica triada de personajes son los representantes de distintas formas de vida de la sociedad actual. Sebástian son todas esas personas que están adormecidos por su trabajo . Buscan mantener el status quo a toda costa, hasta que algo tira del gatillo y explotan de distintas maneras. Marla, en cambio, antes era el avatar de la depresión, de una juventud que, por no encontrar una razón por la que vivir, eligieron en camino de la autodestrucción mientras buscan alguna distracción en el camino. Ahora, es esa mujer que disfraza su infelicidad de vida de casada con una aventura… Una muy peculiar, en este caso. Finalmente, Tyler es el representante de toda la contracultura. O, mejor dicho, la anticultura. Cree que la vida de hoy en día, principalmente la de gente como Sebástian, es un error que debe ser corregido por medio de un cambio espiritual y mucho jabón casero. Pero, más allá de eso, Tyler es una
Augusto.
Holooo!
ResponderEliminarPasé muy por encima porque no vi ni la película ni leí el primer libro. Me llama que la continuación de todo esté en forma de novela gráfica... es curioso hacer ese cambio luego de haber escrito lo anterior en forma de prosa. Las ilustraciones se ven interesantes, así que cuando me ponga al día con mi tbr y haya leído la primera parte seguramente le daré una oportunidad a esta continuación.
Un beso!