Esta reseña fue publicada en la edición de octubre de Huellas de Tinta (acá)
Editorial: Sudamericana
Paginas: 652
REDRUM. Ésa es la palabra que Danny había visto en el espejo. Y, aunque no sabía leer, entendió que era un mensaje de horror. Danny tenía cinco años, y a esa edad pocos niños saben que los espejos invierten las imágenes y menos aún saben diferenciar entre realidad y fantasía. Pero Danny tenía pruebas de que sus fantasías relacionadas con el resplandor del espejo acabarían cumpliéndose: REDRUM# MURDER, asesinato. De todos modos, necesitaban aquel trabajo en el hotel. Danny sabía que su madre pensaba en el divorcio y que su padre se obsesionaba con algo muy malo, tan malo como la muerte y el suicidio. Sí, su padre tenía que aceptar la propuesta de cuidar de aquel hotel de lujo de más de cien habitaciones, aislado por la nieve durante seis meses. Hasta el deshielo iban a estar solos... ¿Solos?
.
Cuando escuchamos estas palabras, a muchos
se les vendrá inmediatamente a la cabeza la imagen del fantástico Jack
Nicholson intentando irrumpir en el baño en el que oculta su esposa( la
no-tan-fantástica Shelley Duvall), al grito de “Here’s Johnny!” (O si son como
yo, esa mítica imagen parodia de Frozen, en la que Jack, esta vez con el
peinado de Anna, destruye la puerta con el hacha mientras canta “Do you want to
build a Snowman”)
Sin embargo, la publicación de “The Shining”
se llevó a cabo tres años antes, en 1977,
y posicionó a King en un lugar privilegiado entre los escritores del
género, ya que ésta era sólo su tercera publicación.
La novela nos cuenta la historia de los
Torrance. El padre, Jack, víctima de ataques de ira y de una severa adicción
por el alcohol, ha hecho pasar a su familia por momentos oscuros, convirtiendo
a Wendy, su esposa, y a su hijo Danny, en seres temerosos atrapados en una
unidad familiar que se encamina a la ruina.
Danny, por su parte, es un chico bastante
especial. Es capaz de leer pensamientos y ver imágenes invisibles para los ojos
de las personas normales. Por supuesto, este dúo de habilidades no estaría
completo sin la existencia de Tony, el amigo imaginario -no tan imaginario- que
es el primero en advertirle acerca del futuro que se les avecina. Y como se
profundizará en la novela, es este hecho el causante del título que lleva la
misma.
A causa de sus adicciones, Jack, escritor
frustrado, pierde su puesto como
profesor y decide darle un giro a su vida. Es entonces cuando toma un trabajo
como vigilante de un hotel inmerso en las montañas rocosas, al cual el invierno
deja prácticamente aislado del mundo. El empleo es sencillo. Cuidar del edificio
y sus alrededores durante tres meses. Completamente solos, con muchísimo tiempo
de calidad para recomponer las relaciones intrafamiliares. ¿Qué podría salir
mal? Bueno, nada, si no tenemos en cuenta que el último vigilante se volvió
loco, y mató a sus dos hijas y a su mujer antes de suicidarse.
Es entonces cuando conocemos al verdadero
protagonista de la novela: El Hotel Overlook, el cual, con su pasado tumultoso
y la seguidilla de eventos sobrenaturales que tiene preparados para la familia,
nos atrapa y sumerge en la lectura de una manera que, en lo personal, pocas
veces me ha pasado.
Y es que el Overlook es más que un hotel.
Es una estructura sobrenatural en sí, un ente que se alimenta de cada horror
que ha sucedido entre sus paredes, un ente que crece, que busca dominar a
aquellos que atraviesan sus puertas, y que, en muchos casos, lo logra.
He leído a Stephen King desde que tengo
diez años, y puedo decir sin lugar a dudas, que si tuviera que elegir una
novela que no me ha desilusionado en lo más mínimo, sería esta. King crea un
ambiente opresivo, con descripciones capaces de asustar aún más que la película
misma, y, lo cual es aún más importante, con personajes física y
psicológicamente definidos hasta el más mínimo detalle. Es una novela en la que
nadie reacciona “porque sí”, en la que
hasta el más mínimo flashback del pasado es necesario para comprender la
coherencia de las acciones de los nuevos habitantes del hotel.
En definitiva, para cualquier amante del
género, es prácticamente una obligación posar sus manos sobre este libro y
devorarlo. Siempre recordando, por supuesto, que los espejos tienden a dar
vuelta las palabras.
Matías Pardini.
~Sobre el autor~
Stephen King es autor de más de cincuenta libros, todos best sellers internacionales. Los más recientes son Después del anochecer, La cúpula y Todo Oscuro, Sin estrellas. En 2003 fue galardonado con la medalla del National Book Award Foundation for Distinguished Contribution to American Letters, y en 2007 fue nombrado Gran Maestro de los Mystery Writers of America. Vive en Maine y en Florida con su esposa, Tabitha King, también novelista.
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